“— ¿No lees Runway?
—No.
— ¿Y antes de hoy no habías oído de él?
—No.
—Y no tienes estilo ni sentido de la moda.
—Bueno, creo que depende de…
—No te lo pregunte.
[…]
—Tiene razón: no encajo aquí. No soy flaca ni
glamurosa ni sé mucho de la moda, pero soy lista, aprendo rápido […] bueno,
gracias por su tiempo.”
El diablo viste a la moda, 2006.
La cita mencionada es un
extracto de la “entrevista” (si así puede llamarse) de Andrea Sachs (Anne
Hathaway), una joven aspirante a periodista y Miranda Priestly (Meryl Streep),
editora de la revista de moda más importante del mundo.
Como Miranda señala (y
Andrea reconoce), la joven no tiene el perfil que está buscando: no sabe de
moda, nunca había oído el nombre de la revista y ni siquiera se viste de manera
acorde al lugar en el que espera trabajar. En suma, no posee los requisitos que
una persona allí trabajara debería tener; sus posibilidades de conseguir el
puesto son casi nulas. Y sin embargo, lo consiguió.
¿Cómo fue posible eso? ¿Cómo
una persona que no cumple con el perfil que una empresa busca puede conseguir
trabajo en ella? La respuesta está íntimamente relacionada con uno de los pasos
más importantes en el proceso de selección de personal: la definición del
perfil.
Como la selectora
invitada por la cátedra destacó, es muy importante realizar un buen
relevamiento de perfil, es decir, saber qué se busca; esto comprende tanto las
competencias y la experiencia de la persona como su edad y sexo (y en el caso
de la película, su sentido de la moda). Richino sostiene que hay que tener
flexibilidad al definir un perfil.
El perfil en la película
no estaba bien definido. Evidentemente, si Miranda decide contratar a una chica
“sin estilo ni sentido de la moda”, es porque esta característica no era tan
relevante como podría parecer en un principio. Andrea tenía potencial, y una
actitud que, si bien puede parecer impertinente, a su jefa pareció agradarle.
Estas cualidades no fueron tenidas en cuenta antes de que se contratara a
Andrea (en la película Miranda menciona que ya le habían enviado a dos jóvenes
que no le parecieron adecuadas para el trabajo).