viernes, 14 de junio de 2013

Motivación, esa fuerza tan poderosa

¿Cuántas veces tuvimos ganas de tirar todos los libros y acostarnos un rato a descansar? 

¿Cuántas veces insultamos a los autores de esos libros por no saber escribir un texto claro y sencillo?

¿Cuántos hermosos y soleados fines de semana nos quedamos encerrados en nuestros cuartos subrayando y memorizando, soportando el dolor de nuestras cervicales (producto de la mala postura al leer), y el embotamiento de nuestros cerebros?

¿Cuántas veces acallamos esa voz en nuestras cabezas que gritaban por un descanso? ¿Cuántas veces le hicimos caso?

¿Por qué hacemos todo esto? ¿Por qué no tiramos todos los libros y descansamos? ¿Por qué desoímos esa voz?

¿Por qué seguimos adelante?

Ustedes saben la respuesta, porque probablemente se hayan hecho esa pregunta un centenar de veces. Seguimos adelante porque queremos recibirnos algún día. Seguimos adelante porque podemos imaginarnos a nosotros mismos sosteniendo un hermoso título con nuestro nombre impreso. Y entonces todo nuestro esfuerzo habrá valido la pena.

Eso es lo que nos motiva. Esa es nuestra motivación.

¿Qué es la motivación? Van Morlegan la define como el impulso o la fuerza que motiva a una persona a realizar acciones o a persistir en lograr determinadas metas.  Como podemos ver con nuestro ejemplo, (y como el título sugiere) la motivación es realmente una fuerza muy poderosa.

La motivación puede clasificarse de diferentes maneras. Podemos hablar de motivación superior o inferior, y de motivación intrínseca o extrínseca.

La motivación inferior surge de mecanismos psíquicos emocionales e instintivos. En el ejemplo dado, la motivación inferior hace que queramos dormir un rato, descansar del estudio, etc. La motivación superior está relacionada con mecanismos psíquicos racionales, y es la que nos hace ignorar esas otras necesidades que nos alejan de nuestra meta y seguir estudiando.

La motivación extrínseca es aquella que proviene de afuera, un incentivo externo (como podría ser el dinero, por ejemplo). Este tipo de motivación suele funcionar sólo a corto plazo, ya que la persona va cambiando y sus necesidades también. La intrínseca es más duradera, ya que proviene del propio individuo; éste realiza una actividad por el mero placer de realizarla, sin que existan presiones o incentivos externos. En el ejemplo dado, podemos ver que se trata de una motivación intrínseca.

Como ya dijimos, la motivación es una fuerza muy poderosa, lo que la vuelve sumamente importante en el trabajo de las empresas; no alcanza con generar una motivación extrínseca si se espera obtener del individuo su máximo rendimiento. La motivación también debe ser intrínseca. Cuando ambas se combinan, se da el máximo nivel de motivación.

1 comentario:

  1. Nos encanto el tema. La importancia de que las empresas se concienticen que la motivación intrínseca es la más importante, por ello la importancia de saber qué es lo que cada individuo desea y espera de ese trabajo. Eso seguramente le ayudara a la empresa a focalizar sus energías de la mejor manera posible para poder trabaja junto a sus empleados para lograr los mejores resultados, para que mantengan la motivación y las expectativas que han depositado en la empresa. Pamela y Gabriela.

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