¿Cuántas veces tuvimos ganas
de tirar todos los libros y acostarnos un rato a descansar?
¿Cuántas veces insultamos a
los autores de esos libros por no saber escribir un texto claro y sencillo?
¿Cuántos hermosos y soleados fines de semana nos quedamos encerrados en nuestros cuartos subrayando y memorizando, soportando el dolor de nuestras cervicales (producto de la mala postura al leer), y el embotamiento de nuestros cerebros?
¿Cuántas veces acallamos esa voz en nuestras cabezas que gritaban por un descanso? ¿Cuántas veces le hicimos caso?
¿Por qué hacemos todo esto?
¿Por qué no tiramos todos los libros y descansamos? ¿Por qué desoímos esa voz?
¿Por qué seguimos adelante?
Ustedes saben la respuesta,
porque probablemente se hayan hecho esa pregunta un centenar de veces. Seguimos
adelante porque queremos recibirnos algún día. Seguimos adelante porque podemos
imaginarnos a nosotros mismos sosteniendo un hermoso título con nuestro nombre
impreso. Y entonces todo nuestro esfuerzo habrá valido la pena.
Eso es lo que nos motiva. Esa
es nuestra motivación.
¿Qué es la motivación? Van
Morlegan la define como el impulso o la fuerza que motiva a una persona a
realizar acciones o a persistir en lograr determinadas metas. Como
podemos ver con nuestro ejemplo, (y como el título sugiere) la motivación es realmente una fuerza muy
poderosa.
La motivación puede
clasificarse de diferentes maneras. Podemos hablar de motivación superior o
inferior, y de motivación intrínseca o extrínseca.
La motivación inferior surge
de mecanismos psíquicos emocionales e instintivos. En el ejemplo dado, la motivación
inferior hace que queramos dormir un rato, descansar del estudio, etc. La motivación
superior está relacionada con mecanismos psíquicos racionales, y es la que nos
hace ignorar esas otras necesidades que nos alejan de nuestra meta y seguir
estudiando.
La motivación extrínseca es
aquella que proviene de afuera, un incentivo externo (como podría ser el
dinero, por ejemplo). Este tipo de motivación suele funcionar sólo a corto plazo, ya que la
persona va cambiando y sus necesidades también.
La intrínseca es más duradera, ya que proviene del propio individuo; éste
realiza una actividad por el mero placer de realizarla, sin que existan presiones
o incentivos externos. En el ejemplo dado, podemos ver que se trata de una motivación
intrínseca.
Como ya dijimos, la motivación es una fuerza muy
poderosa, lo que la vuelve sumamente importante en el trabajo de las empresas;
no alcanza con generar una motivación extrínseca si se espera obtener del
individuo su máximo rendimiento. La motivación también debe ser intrínseca.
Cuando ambas se combinan, se da el máximo nivel de motivación.
Nos encanto el tema. La importancia de que las empresas se concienticen que la motivación intrínseca es la más importante, por ello la importancia de saber qué es lo que cada individuo desea y espera de ese trabajo. Eso seguramente le ayudara a la empresa a focalizar sus energías de la mejor manera posible para poder trabaja junto a sus empleados para lograr los mejores resultados, para que mantengan la motivación y las expectativas que han depositado en la empresa. Pamela y Gabriela.
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