Desvalorización de sí mismo; desasosiego; ansiedad; baja autoestima;
trastornos en el sueño. Estos síntomas son propios no sólo del burnout, sino
que también son causados por el desempleo
¿Puede el burnout ser generado
por el desempleo? En la entrada de hoy nos proponemos dar respuesta a esa
pregunta.
En su libro "El coste de la excelencia", Gaulejac explica un
proceso consistente en una serie de fases que llevan a que una persona sufra burnout.
En primer lugar, explica los componentes en juego: el Ideal del Yo que
posee la persona, su Yo y el Ideal Organizacional, consistente en las
exigencias de la organización. Se da un contrato narcisista, en el que la
persona cumple con ese Ideal Organizacional a cambio de reconocimiento,
pertenencia y valorización de sí mismo y de su función.
Se va construyendo entonces un Yo Ideal Organizacional, mientras que el
Yo del individuo se va empobreciendo cada vez más.
Ahora bien, Gaulejac sostiene que cuando la persona ya no cumple con el
Ideal Organizacional, o cuando la empresa no otorga reconocimiento (es decir,
cuando se rompe el contrato narcisista), el Yo Ideal Organizacional se fragmenta y cae con
todo su peso sobre el Yo empobrecido de la persona (parafraseando la famosa
frase de Freud, "la sombra del objeto cae sobre el yo"). Privado de
su apoyo por parte de la empresa, el individuo se hunde y comienza a manifestar
los primeros síntomas del burnout.
Ahora bien, ¿no es acaso posible que una de las razones por las que este
Yo Ideal Organizacional se quiebre sea el desempleo? Nosotras creemos que sí,
ya que éste genera una situación en la que se cumple al menos una condición de
las que Gaulejac nombra: la empresa deja de otorgar reconocimiento y
pertenencia al individuo.
Por supuesto, una persona puede ser despedida por no estar cumpliendo
correctamente con el Ideal Organizacional, lo que haría que ambas condiciones
se cumplieran.
Respondiendo entonces a la pregunta de arriba, consideramos que el burnout sí puede ser producto del
desempleo.
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